LA PIEL DE LAS PALABRAS. CAMINOS - Poesía
32 atajos esperan a una audiencia, cuyos integrantes, asuman la violencia exquisita de estar vivos.
Parece un camino, pero son atajos que, como arterias, se vuelven avenidas, autopistas, pasajes, subterráneos que conducen a otros mundos: en efecto, la poesía que propone Gisella Ferrer se compone y se descompone, y vuelve a componerse como un organismo vivo que, en
conexión con los ojos de los lectores, se apegará al propio latido, para soltarse, ya cargando con una de las verdades posibles.
En esta ópera prima de la autora, el lirismo es una
emergencia a la que acuden los atajos como opciones.
Como infinitos surcos de posibilidades.
Una obra exploratoria, original, que ahonda en la
irreverencia frente al lenguaje articulado que nos ha dicho quiénes éramos, que lo sigue haciendo. Pero lo que somos, dice la poeta, lo dirá siempre el poema.
LA PIEL DE LAS PALABRAS. CAMINOS - Poesía
32 atajos esperan a una audiencia, cuyos integrantes, asuman la violencia exquisita de estar vivos.
Parece un camino, pero son atajos que, como arterias, se vuelven avenidas, autopistas, pasajes, subterráneos que conducen a otros mundos: en efecto, la poesía que propone Gisella Ferrer se compone y se descompone, y vuelve a componerse como un organismo vivo que, en
conexión con los ojos de los lectores, se apegará al propio latido, para soltarse, ya cargando con una de las verdades posibles.
En esta ópera prima de la autora, el lirismo es una
emergencia a la que acuden los atajos como opciones.
Como infinitos surcos de posibilidades.
Una obra exploratoria, original, que ahonda en la
irreverencia frente al lenguaje articulado que nos ha dicho quiénes éramos, que lo sigue haciendo. Pero lo que somos, dice la poeta, lo dirá siempre el poema.